jueves, 18 de noviembre de 2010

Vida 02

Siempre para las esperas largas llevo un libro… Generalmente, es el libro de turno, ese que ha esperado cerca de la orilla izquierda de cama a que en alguna noche de insomnio sea terminado... Llevo un libro o una libreta y una pluma fina, de esas de arquitecto de tinta negra y punta 0.1... Generalmente, estas dos últimas siempre van en el bolso que cuelga cruzado de mi hombro izquierdo.

Así, cuando la espera es muy larga, me pongo a leer o a escribir… Pero leer, quizás por ser más o menos cotidiano en una espera, llama menos la atención. Entonces, generalmente, leo y lo hago intercalando con el viejo hábito de hacer una cuenta regresiva de la gente que espera delante de mí. Así, leo una página, veo hacia enfrente y cuento: “1, 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19, 23”… Y doy la vuelta a la siguiente página sin dejar de ver a las personas que me preceden en la línea.

Y es que eso de esperar turnos como puede ser aburrido, también puede ser jodido. Lo sé porque vengo de una familia grande, de esas familias viejas donde la palabra “nuclear” no tiene ningún significado. Así, muchas veces, sientes que la vida se te va en esperar turno para entrar al baño, para servirte la comida, para pedir permiso para ir a una fiesta o para aguantar un regaño… Mi madre es de esas que siempre dijo: “Y vos no te vayas… ¡contigo, sigo!”

“1, 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17, 19…”

Mi madre, además de los regaños por turno, también tenía eso de leer mucho. De ahí que mi pasión por la lectura nació de la suya y de su costumbre de regalar libros en cada ocasión posible... Lo de hacer cuentas regresivas, la desesperación de querer hacer todas las cosas en mis propios tiempos. Pero en las filas no todo se puede medir con tiempos propios. ¿A cuántos no se nos ha escapado un par de horas en la fila de un banco o una oficina de gobierno?

“1, 2, 3, 5, 7, 11, 13, 17…”

Y es que uno nunca sabe cuál es el trámite que hará el siguiente en llegar a la ventanilla. Como puede ser algo sencillo, también puede ser el buscar la respuesta a una pregunta existencial…

... "1, 2, 3, 5, 7, 11, 13..."

... Por eso, no me quejo y sigo leyendo… Ojalá que los que vengan atrás tenga un buen libro para no aburrirse... Y le doy vuelta a la página...

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