Y ahí estás, parado en medio de nada. Ni un café, ni una
brújula, ni un cigarro, ni un amigo. Nada, así de simple. Nada o, para ser
francos, lo más parecido a nada.
- Suena caótico.
-
¿No te gusta?
-
No… Me deprime.
-
¿Quién putas te preguntó?
-
Vos… hace “nada”.