domingo, 13 de febrero de 2011

Locura 01

Hay días que uno no se siente cómodo en ningún lado. Ese día… La noche de ese día, mejor dicho, era no sentirse cómodo en el bar de siempre, en la mesa de siempre y con la gente de siempre… Era así de sencillo.


- La verdad: no me siento cómodo.
- ¿En serio?
- Sí, nada cómodo.
- ¿Y por qué no te vas?
- No sé… Quizás es porque no podría dejarte sola.
- Tranquilo, andate. Después nos vemos.

Si uno pudiera salirse de su propio cuerpo y sobrevolar esa mesa, se vería ahí sentado, abstraído... solitario y rodeado de gente brindando, sonriendo, hablando…

- ¿En serio? ¿Me voy y no hay problema?
- Dale, que no hay ningún problema. Yo me quedo un rato más y luego llego a la casa.
- ¿A la casa?
- ¿No querés que llegue?
- No he dicho eso…
- … A pues, llego en un rato. ¿Te vas ya?
- Sí. La verdad: no me siento cómodo aquí… Aunque tampoco… Tampoco con vos…
- … Tranquilo, ya se te pasará. Llego más noche, me meto en la cama contigo, te doy un beso en la frente y te dejo soñar tranquilo.
- Con vos, nada es tranquilo…
- ¿No?
- No.
- ¿Y cómo es pues?
- No sé… A veces es como... agobiante.
- ¿Te agobio?
- Si…
- … ¿Y por qué?
- Qué se yo... Es… Es… Es así… Es agobiante.
- ¿Sabés lo que es el agobio?
- Es algo aquí adentro del pecho… es como si se inflara un globo adentro y presionara todo… todo…
- … ¿Siempre sentís eso cuando estás conmigo?
- No… pues. No siempre…
- … Entonces, dejate de tonterías… Despedite de todos, acordate que son tus amigos y que están te están viendo y están preocupados… Y andate ya… Llego a la casa más tarde, ¿sí? Y, por favor, andate tranquilo…
- … Pero…
- … Y mirá, haceme un gran favor.
- Sí…
- … Prometeme que será la última vez que hablas con vos mismo en voz alta y en público… ¡Qué pena!... Y, jamás, jamás de los jamases, volvas a hacerlo a gritos… ¡Toda la gente estaba viéndonos!

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